El 29 de noviembre del 2001 ocurrió un gran incendio en el emporio comercial Mesa Redonda, a raíz de la explosión de varios fuegos artificiales en múltiples galerías.

En el Perú es casi una tradición que las festividades de fin de año se celebren con la explosión de pirotécnicos, por lo que la venta de estos productos resulta rentable para mútiples negocios formales e informales. Si bien ahora se encuentra más regulado, en el 2001 la venta de estos productos era masiva.

El 29 de noviembre del 2001, muchas personas estaban en Mesa Redonda realizando sus compras para sus celebraciones de año nuevo. Debido a que este lugar es uno de los espacios comerciales más grandes que tiene el país, varias tiendas y comerciantes ambulantes también vendían pirotécnicos.

En una de las galerías, una persona interesada en comprar fuegos artificiales se acercó a un vendedor que realizaba demostraciones. Como no estaba seguro de la compra, el vendedor decidió mostrar la potencia de su producto; sin embargo, a las 7:15PM, la explosión salió mal e incendió el local del vendedor.

El fuego se expandió en poco tiempo y alcanzó a otros pirotécnicos. Las personas corrieron y avisaron a otras personas del peligro, pero no todos entendieron: Algunos creyeron que la alerta era por ladrones, otros decidieron ignorarlos, y unos pocos se encerraron en sus galerías para proteger su mercadería.

Las calles se llenaron de multitudes escapando del incendio – cada vez más grande por la polvora que alcanzaba – y algunos se subieron sobre los taxis para correr más rápido.

Hubo bastantes accidentes: personas que tropezaron y no fueron ayudadas por el pánico colectivo, taxistas encerrados en sus vehículos y personas electrocutadas por la caída de una subestación eléctrica.

Los bomberos en Mesa Redonda

La estación de bomberos, la compañía Salvadora de Lima, fue la primera en recibir y acudir al llamado de emergencia. Fueron 8 voluntarios y el ex-Capitan de la estación, quien había ido de visita con su cámara y terminaría registrando los hechos.

Lamentablemente, el carro de bomberos no pudo llegar al lugar del incendio por el calor que cubría la zona y tuvieron que caminar una cuadra antes.

• En el lugar del incendio y aledaños se guardaba más de 900 toneladas de polvora, incluído locales, depósitos y vendedores ambulantes.

Los bomberos auxiliaron a las personas que se habían quedado encerradas en sus galerías y a personas que habían subido a los últimos pisos de los edificios. Cuando el camión de bomberos logró ingresar a la zona, se utilizó la escalera para rescatar a personas que estaban en la galería Mina de Oro en Andahuaylas.

Más de 50 personas fueron retiradas, y en ese lapso más de cuatro compañías de bomberos de diferentes distritos fueron convocados para auxiliar a las personas.

Las imágenes de la terrible tragedia también fueron transmitidas por televisión y, en la desesperación, muchos familiares de personas que habían ido ese día a Mesa Redonda estaban en los alrededores siendo retenidos por la policía y paramédicos. Cuando los bomberos controlaron el fuego, el lugar ya estaba calcinado.

El Estado prometió investigar lo sucedido en Mesa Redonda, y luego de cinco años de investigaciones se sentenció a cuatro señoras que vendían pirotecnia cerca de la zona del origen. Cada una recibió cinco años de cárcel, y ningún funcionario publico recibió una sanción por faltas de seguridad en la zona.